jueves, 22 de enero de 2015

¡Bienvenidos!

Hay momentos en la vida en que uno experimenta muchos deseos. Podría decirse que es una de las condiciones básicas del ser humano. Ríos de tinta se han derramado al expresar, analizar, revisar y vivir los sueños. 

Esto guarda relación con los ya famosos propósitos de Año Nuevo; una práctica que en muchas ocasiones se hace ya hasta de forma mecánica, con son de broma o incluso de chiste publicable en Facebook o Twitter. Nos atiborramos de uvas al son de las campanadas como si eso realmente fuera a provocar un cambio en nuestras vidas. Sacamos las maletas para atraer los viajes que deseamos hacer en el año y nos ponemos ropa interior roja para invocar al amor verdadero. Costumbres hay muchísimas. ¿Para qué seguirlas?
¿Consuelo? 
¿Ilusión? 
¿Sentirme mejor por el año que termina? 

Yo no recuerdo cuándo fue la última vez que hice propósitos de Año Nuevo. Porque en realidad no tenía ninguno. Para mí todo era igual en el sentido de que sabía de forma anticipada que, no importando cuáles fueran esos propósitos, el año entrante iba a llegar sin cambio; exactamente igual. Eso sí, tenía sueños. Aún los tengo. Y en el año pasado se presentaron eventos que me llevaron a hacer una revisión de todos los aspectos de mi vida. No me detendré aquí en narrarlos: uno de ellos tiene que ver con callar definitivamente a mi ego, así que no los aburriré. 

Actualmente abundan las frases llenas de sentido, enseñanza, iluminación y otras características en la red. Existen páginas llenas de esas imágenes con texto. Y nos encanta tomarlas para colgarlas en nuestros muros de Facebook. Creo que es una buena práctica: no sabes cuándo te toparás con una frase que toque, que detone "algo" dentro de ti y te inspire a hacer algo concreto en tu vida. Sigo siendo, sin embargo, creyente en el contacto, la mirada de ojos a ojos, la plática sincera que te llevará a algún lado, a ese lugar en el que siempre quisiste estar, llamado "ésta es mi verdadera pasión". Creo que no puede existir un momento más maravilloso en la vida que aquel en el que encuentras tu pasión, con la seguridad del "esto es lo que me llena, lo que me inspira". Es en ese trabajo donde ocurre el encuentro con uno mismo con todas las virtudes, vicios, costumbres y también las trabas que nos hemos autoimpuesto. Es entonces donde y cuando surge la verdadera necesidad de ser honesto consigo mismo, tomar al toro por los cuernos y abordar la tarea de construir en base a mi pasión.

Aquí regreso al principio, al hablar del deseo. Porque todo depende del tipo de deseo que se tenga al trabajar mi pasión. Se dice que existen 3 niveles en el deseo: el que se manifiesta en el "me gustaría...", aquel donde se hace lo que se puede y el mayor, que se presenta en aquella persona que hace que las cosas sucedan pase lo que pase. 

Este espacio es para mí uno de esos sueños. Un proyecto que tenía en la mente desde hace mucho tiempo... pero se quedaba ahí. Intacto. Sin comenzar siquiera. Pensando en el famoso "algún día lo haré". ¿Qué vas a encontrar aquí? Muchas cosas, estoy seguro de ello. Desde experiencias propias hasta arte, desde pensamientos inspiradores hasta una receta de cocina, desde crítica de cine hasta música, una de mis más grandes pasiones. Comienzo este proyecto con mucha ilusión, porque tanto las letras como el contacto con la gente siempre ha sido importantísimo en mi vida. 


La melodía que les entrego aquí fue puesta en una actividad que llevé a cabo el sábado pasado, la misma que me ha hecho tomar una decisión muy importante; significa mucho para mí. Me va a dar mucho gusto encontrarte por aquí. Para darme cuenta de tu visita te pido dejes un comentario, porque ellos serán una brújula con la cual podré conducirme mejor.

Bienvenida.
Bienvenido.

2 comentarios:

  1. Que este aún inicio de año sea el pretexto ideal para realizar todos aquellos sueños que por una u otra razón, la cual ya no importa, se han ido quedando en el camino. Felicidades por realizar uno de ellos, por que estoy segura de que aún hay más.

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    1. Gracias, nena. Como dices, aún habrá mucho más por venir. Gracias por compartir mi jornada. Te amo.

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